En los años 50 Seregno fue un pueblo obrero en las afueras de Milan. Desde la produción de mobiliario, hasta las carrocerias de trenes y coches, en el norte de milan siempre se ha construido algo. Fue así, por la grande demanda de mano de obra, que siempre más familias se mudaron en esos pequeños pueblos en expansión.
Este edificio nos recuerda bien esa tapa de la historia, con sus pisos recionalmente subdivisos en pequeños pero funcionalescuartos, y por supuesto, los grandes ventanas de inspiración industrial.
Hoy un día no necessitamos tantas divisiones, preferimos los espacios abiertos...
